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Don Jediondo
Don Jediondo

La franquicia colombiana Don Jediondo ingresará en Panamá y Miami

26.12.2013

Don Jediondo quiere que su restaurante, que nació hace ocho años y hoy está entre los primeros 15 que más ventas tienen en centros comerciales, dé un salto internacional, para lo cual solamente le falta un ingrediente clave: un grupo inversionista

La primera experiencia en el negocio gastronómico que tuvo Pedro González, Don Jediondo, fue en Sutamarchán (Boyacá) vendiendo empanadas a $1.

En aquel entonces tenía ocho años y junto a su mamá y seis hermanos también cocinaban pan, jeta y papa con el fin de venderlos para sostener la casa. Hoy la vida le ha cambiado. Entre su lista de productos tiene cocido boyacense, lengua criolla en salsa, guiso de cola y hasta hamburguesas, que vende en los más de 50 puntos en 18 ciudades del país.

“Quisiéramos ojalá en un futuro tener una franquicia afuera del país. Nos gustaría Panamá, Miami, España, por qué no. Venezuela me parece un mercado interesantísimo. En Nueva York también nos han propuesto, pero hay que definir el tema del manual de franquicia. Para eso ya necesitaríamos un grupo inversionista que nos ayudara a apalancarnos”, afirma González, humorista afamado desde el año 1992, que a la hora de hablar de los planes de su negocio no lo hace en chiste.

Afortunada casualidad

El origen del restaurante Don Jediondo Sopitas y Parrilla fue como dice una de las frases de otro famoso humorista: “sin querer queriendo”.

Hace ocho años, en busca de hacer algunas inversiones para cuidar el patrimonio y asegurar una renta para el futuro, González y su esposa María Eugenia compraron un local en la plazoleta de comidas del centro comercial Plaza Imperial, de Bogotá, que todavía estaba en construcción. Cuando faltaban 15 días para abrir el centro comercial, el arrendatario se arrepintió de poner allí su negocio.

“Si no abríamos era una multa de $600.000 que nos cobraba Ospinas, que era el constructor de Imperial. Nos surgió la idea de hacer algo boyacense, como lo que tenía mi mamá en el pueblo: las arepas, la gallina, toda una comida deliciosa. Buscamos patrocinadores y arrancamos el 2 de diciembre de 2005”, relata el empresario.

Al comienzo el negocio no pegó. “El restaurante se llamaba Las primas de Don Jediondo Sopitas y Parrilla un rincón de Boyacá en Bogotá. Despachos fuera y dentro del país, servicio a domicilio, siga para tener el gusto de atenderlo. Mejor dicho era una cartilla en el solo título y la gente pasaba y decía: ‘¡no!, eso no es de ese viejo, eso fue que le quitaron el nombre’”, cuenta.

Una publicista, que lo vio decepcionado porque el negocio no era lo que él quería, le pidió que dibujara en un papel lo que estaba buscando. Después de ver el diseño, la mujer se comprometió a traducir la idea. Trabajaron durante 15 noches para montar la nueva imagen, que logró que el negocio arrancara. Con ese cambio llevan ya ocho años de trabajo y han logrado expandirse por gran parte del país.

El director creativo de la marca

Los restaurantes Don Jediondo Sopitas y Parrilla se caracterizan por las caricaturas y los chistes que tiene el menú. ‘Mazamorra chiquita, la que prepara mi agüelita’, ‘Trucha de la tía Marucha’ y ‘Lengua en salsa criolla. Esta lengua habla por sí sola [...] Es tan güena que sumercé se la come y queda hablando como cuatro idiomas’, son algunas de las joyas que tiene la carta.

“Donde nosotros se llama ‘Sancocho de gallina ponedora’ y le decimos ‘si quiere le separamos las piernas’. Entonces cada platico lleva su toque de humor y eso lo vamos renovando también”, dice Don Jediondo, quien es el principal creativo de la marca.

Sin embargo aclara que muchas de sus ideas para la empresa le surgen mientras escribe los libretos y chistes para sus otras actividades como humorista y las anota para sugerírselas a su departamento de mercadeo.

Para las activaciones de marca en los puntos de venta aprovecha las giras que hace para presentaciones con programas como La Luciérnaga, Sábados Felices o funciones privadas. González visita los centros comerciales interpretando su personaje, se toma fotos con los clientes, entrega artículos de merchandising y ayuda a mantener vigente el negocio.

Fuera de centros comerciales

Con la apertura del nuevo punto campestre, Don Jediondo da su primer paso por fuera de los centros comerciales. Además del restaurante, el complejo tendrá una capilla, salones para eventos y una granja. La capacidad total del lugar es de 1.200 personas sentadas y 1.800 al instalar carpas.