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América latina se beneficia de nuevos patrones comerciales

10.11.2011


Deng Xiaoping fue un líder con visión. Y hace cerca de 24 años, el hombre que condujo a China hacia una economía de mercado, hizo este sorprendente comentario: “A menudo se dice que el siglo XXI es el siglo del Pacífico. Pero creo que también podría ser el siglo de América latina”.


Durante la mayor parte de su historia, Latinoamérica miró hacia el este, a Europa. Sin embargo, hoy su atención está puesta en Asia, en especial cuando de comercio se trata.

Entre 1999 y 2009, el valor del intercambio comercial latinoamericano con Asia se multiplicó por seis a u$s 230.000 millones, y cerca de la mitad de eso es sólo con China.

En realidad, en 2009 China –muy interesada en las materias prima que produce América del Sur, sea el mineral de hierro de Brasil, el cobre de Chile, o la soja de Argentina– se convirtió en el principal socio comercial de Brasil y Chile, según datos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo. También pasó a ser el segundo más grande de Perú y el tercero de Argentina.

El impacto de este profundo cambio en los patrones comerciales se puede sentir en toda la región. No quedan dudas de que derivó en el auge en los precios de los commodities más prolongado en la historia latinoamericana.

Algunos países desperdiciaron gran parte de esta bonanza. De esos, Venezuela fue el más derrochador: usó la riqueza del petróleo en el sueño del presidente Hugo Chávez de tener un continente “bolivariano” unido. Otros fueron más prudentes, como Chile que guardó las ganancias extraordinarias en fondos de riqueza soberana.

Sin embargo, en todo el continente el auge generó crecimiento. En la década pasada, la región se expandió a un promedio de casi 4% anual. En el anterior período, el avance había sido de 3%.

Hoy, el mayor comercio con la región del Pacífico también está impulsando las mejoras en infraestructura que tanto necesita América latina para seguir satisfaciendo la demanda de materias primas proveniente de Asia. Quizás la obra más ambiciosa es un proyecto en Brasil para construir una serie de caminos que cruzarán el Amazonas y que conectarán sus regiones del oeste con los puertos sobre el Pacífico en Perú.

Mientras tanto, China tiene planes de financiar y construir una alternativa al Canal de Panamá que conectaría el Caribe colombiano con las costas del Pacífico. La idea detrás de ese “canal seco” –sería un ferrocarril– es facilitar el transporte del carbón colombiano hacia Asia.

Además, se observa una reconfiguración de la “infraestructura blanda” que apuntala el comercio. Chile y Perú firmaron acuerdos de libre comercio con China.Y el grupo de países del “Arco del Pacífico” (Chile, Perú, Colombia y México) quiere formar un bloque de comercio, en parte para lograr las economías de escala necesarias para abastecer a los mercados asiáticos.

Pero el mayor comercio con Asia no llegó libre de obstáculos. Si bien el surgimiento de China beneficia a las economías sudamericanas ricas en materias primas, también aumenta la competencia para la economía de México, que se basa más en la actividad industrial.

Pero el aumento de los costos del transporte transpacífico y de los precios de la energía, permitió a los fabricantes mexicanos crecer en el mercado estadounidense y encontrar nuevos clientes en el extranjero. También influye el impacto que tienen sobre la industria local las importaciones baratas provenientes de China. Después de todo, hace más de una década que China fabrica más sombreros que México. Junto con la apreciación de las monedas locales, surgieron quejas de que industria latinoamericana se estaba vaciando.

Pese a eso, el mayor intercambio comercial transpacífico en general ha sido una bendición.

Muchas economías latinoamericanas apenas se desaceleraron durante la crisis financiera. Mientras los mercados desarrollados tienen lento crecimiento y una elevada deuda, las economías emergentes continúan su expansión.

Pero la pregunta es: ¿qué pasaría en América latina si las economías asiáticas ceden y los precios de los commodities caen con ellas?
Nadie sabe, aunque el ministro de finanzas de Perú tiene una respuesta parcial. Luis Castilla contó que todos los días enciende una vela y reza para que China no se derrumbe”.