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Colombia emerge como alternativa petrolera
Colombia aspira a convertirse a partir de 2011 en un actor relevante en el mapa petrolero y gasista de Latinoamérica, tras el importante estirón que su sector de hidrocarburos dio durante el año pasado. Aunque lejos aún de las potencias regionales (Venezuela, México, Brasil), la producción de oro negro colombiana creció con fuerza en 2010, lo que unido al descubrimiento de nuevas reservas y a una política que facilita la inversión foránea, comienza a situar al país andino en una buena posición en el tablero energético del área y en situación de utilizar más que nunca el crudo como motor de su economía.
Tras varios y complicados años en los que la situación interna del país dificultó el normal funcionamiento y desarrollo de un sector convertido en blanco de la violencia guerrillera, Colombia parece haber superado los problemas y ha recobrado su producción, aunque aún padece con cierta frecuencia ataques a oleoductos, gasoductos e instalaciones, como el perpetrado este mismo mes contra la tubería Transandina. Pese a todo, Colombia completó en 2010 un año inmejorable, en el que su industria extrajo 825.000 barriles por día de petróleo, un 16,9% más que en 2009 y un nivel similar al del boom de 1999, y en el que sumó un récord histórico de 120 pozos en explotación y una inversión anual de 5.000 millones de dólares.
Por si fuera poco, el Gobierno, que pronostica que en 2011 el bombeo de crudo continuará su expansión, se ha fijado una previsión oficial de producción de entre 950.000 y un millón de barriles por día.
En la década de los 90, la infraestructura petrolera del país fue el objetivo preferido de los ataques de las FARC y del ELN, una ola de violencia que causó enormes pérdidas económicas al país y desincentivó la llegada de capital extranjero. Los atentados se redujeron considerablemente tras la ofensiva contra los rebeldes que el ex presidente Álvaro Uribe inició en 2002, y que forzó a las guerrillas a replegarse a zonas montañosas y selváticas apartadas. El problema no ha desaparecido completamente (en 2010 se contabilizaron 31 ataques guerrilleros a oleoductos), pero el Gobierno ha conseguido limitar al mínimo los daños a las instalaciones petroleras y generar una atmósfera de confianza para los inversores.
De hecho, la reducción de la violencia insurgente ha permitido en los últimos años un paulatino aumento de la inversión extranjera en el sector de hidrocarburos con el que el actual presidente, Juan Manuel Santos, cuenta para impulsar el crecimiento de la economía del país andino. Sostenido por la actividad petrolera, que actuará de pulmón, el PIB colombiano mantendrá este año un crecimiento similar al de 2010, es decir, de en torno al 4,7%, según las previsiones del Gobierno.
Muestra del renovado interés por el petróleo colombiano, la compañía española Repsol se ha asociado recientemente a un proyecto de exploración y explotación petrolera en Colombia formado por la filial local de la brasileña Petrobras y la estatal colombiana Ecopetrol. El acuerdo contempla la entrada de Repsol a la exploración del bloque offshore Tayrona, localizado en la costa del Caribe colombiano, con una participación del 30%, igual a la de Ecopetrol y algo inferior a la de Petrobras Colombia (40%), que actúa en calidad de operador. Repsol ya tiene en Colombia derechos mineros sobre 9 bloques, 5 de ellos exploratorios y 4 en etapa de explotación, y participa en el campo más importante descubierto en la historia del país, el yacimiento Caño Limón y su área circundante. La producción neta de Repsol en Colombia en 2009 se cifró en 2,4 millones de barriles (6.578 barriles diarios) de petróleo.
Además, a las compañías extranjeras presentes en el país podría sumarse en breve el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. La política aperturista del Gobierno colombiano en exploración petrolera ha llevado al magnate mexicano a anunciar un incremento de su inversión en prospección en Colombia a través de la expansión de los servicios de su empresa Petróleos Mexicanos.
Optimismo oficial
La buena marcha del sector de hidrocarburos ha generado una ola de optimismo en las autoridades colombianas. En declaraciones recientes, el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (AHN), Armando Zamora, ha señalado que Colombia "tiene hoy en día potencial para ser un jugador importante en el sector de los hidrocarburos de Latinoamérica y llenar espacios geopolíticos que no ha sabido llenar". Por su parte, el director de Hidrocarburos del Ministerio de Energía, Julio César Vera, tras resaltar el resultado récord de producción y perforación registrado en 2010, ha asegurado que en 2011 la actividad petrolera seguirá creciendo y alcanzará entre 920.000 y 960.000 barriles de crudo por día.
Y el ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado, es aún más ambicioso: considera posible que este año Colombia alcance una producción de 1,2 millones de barriles/día (alrededor del 52% de los 2,8 millones de barriles que produce Venezuela) y concrete una inversión extranjera superior a los 3.000 millones de dólares. Para 2014 la meta es llegar a 1,4 millones de barriles por día.
De momento, sin embargo, Colombia no está al nivel de los gigantes regionales y se sitúa a años luz de la potencia del área en hidrocarburos, Venezuela. No obstante, se acerca a ellos en exportación y, tímidamente, en producción. Aunque el país dista aún de ser un gran exportador de crudo en términos globales, se ubica en los primeros puestos en su área y, desde luego, se halla en posición más favorable en este aspecto que Brasil (importador neto de petróleo) o Argentina. De hecho, y aunque consume 251.000 barriles diarios del total que bombea, vende al exterior 358.400 barriles/día, lo que le convierte en el tercer exportador del área latinoamericana, tras Venezuela (1,61 millones diarios) y México 1,31 millones y prácticamente a la par que Ecuador (329.000 barriles diarios). Además, Colombia aspira a dar el salto y convertirse en exportadora de gas. La extracción total de gas aumentó a 1.090 millones de pies cúbicos por día en 2010 desde 1.016 millones en 2009.
En producción de crudo, Colombia se sitúa en cuarta posición en Latinoamérica, por detrás de Venezuela (2,88 millones de barriles diarios); México (2,60 millones diarios) y Brasil (1,95 millones) y por delante de Argentina (623.000 barriles por día); Ecuador (que junto con Venezuela conforma el tándem latinoamericano en la OPEP y que extrae 464.700); Trinidad y Tobago (112.000) y Perú (71.800).
En otros parámetros, eso sí, Colombia no puede aún competir. Sus reservas probadas de crudo apenas llegan a 1.600 millones de barriles (cifra que se espera elevar a 2.000 millones en breve con las nuevas prospecciones), frente a los 172.300 millones de barriles de Venezuela; los 12.900 millones de Brasil; los 11.900 millones de México; los 6.511 millones de Ecuador o los 2.520 millones de barriles de Argentina. En gas, las reservas colombianas se ubican en la zona media-baja: las octavas de la región tras las de Venezuela, Bolivia, Trinidad y Tobago, Brasil, México, Argentina y Perú, pero por encima de las de Chile y Ecuador.
Impulso a la exploración
Entre petróleo y gas, en la actualidad, Colombia ya produce más de un millón de barriles diarios, y la meta, consensuada por el Ministerio de Energía, la ANH y la empresa estatal Ecopetrol, es llegar a 1,6 millones conjuntos en 2015, y eso sin tener en cuenta las perspectivas de hallar crudo pesado en el Orinoco. Es en esa región del Orinoco fronteriza con Venezuela, en el departamento de Vichada, hacia donde se está extendiendo la exploración petrolera en Colombia, concentrada tradicionalmente en el valle medio y superior del río Magdalena, en Casanare, en Meta y en Putumayo. Los 120 pozos que conforman el mapa exploratorio actual pertenecen a 35 empresas distintas, entre ellas Ecopetrol, la española Repsol, las canadienses Pacific Rubiales, Gran Tierra Energy y Talisman, Hocol (filial de la francesa Maurel & Prom), la coreana SK Energy, la holandesa Shell y la brasileña OGX.
El propio Banco Mundial (BM), en su informe de perspectivas para 2011 ha identificado a Colombia, junto a Brasil y Canadá, como uno de los países ajenos a la OPEP que protagonizarán el ejercicio petrolero, en una muestra de reconocimiento al esfuerzo de Bogotá por desarrollar el sector. En su documento, además, el BM hace especial en el hecho de que Colombia ha logrado cumplir antes de lo esperado las metas previstas de producción y exploración. En 1995 se exploraban unos 10 pozos al año, en 2009 fueron 75 y en 2010 se llegó a 120. Ahora el Gobierno del presidente Santos apunta a que en los próximos cuatro años se explorarán 574 pozos, lo que significa más de 120 por año. Y fuentes del sector prevén que la inversión extranjera supere en 2011 las previsiones oficiales y alcance 4.000 millones de dólares.
Gran potencial
Los expertos destacan el gran potencial que el país ofrece en cuanto a exploración y prospección. La tasa de éxito en exploración se sitúa actualmente en el 45%, lo que aumenta el optimismo oficial sobre la posibilidad de un fuerte incremento futuro en las reservas probadas de hidrocarburos. La meta del Gobierno es llegar a 4.600 millones de barriles en reservas probadas (sumando gas y petróleo) en 2014.
Sólo la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, que produce entre el 60% y 70% del crudo nacional, logró en 2010 un crecimiento de 17% en producción y espera mantener un avance del 11% para este año. Para este ejercicio, Ecopetrol tiene proyectadas inversiones por 8.500 millones de dólares, de los cuales 1.200 millones se destinarán a la exploración de nuevos pozos. Se trabajará en 28 proyectos, 22 en el país y 6 en el exterior, en Brasil y el golfo de México.
La expectativa es que para este año, las exportaciones de hidrocarburos superen los 16.000 millones de dólares, tras los 10.300 millones en ingresos por venta de crudo y gas obtenidos el año pasado, una cifra que representa algo más de la tercera parte del total del comercio exterior del país.
Loa analistas advierten, no obstante, que Colombia debe buscar un manejo más armónico de su economía, ya que el petróleo genera divisas pero no produce el valor agregado que requiere Colombia para lograr un crecimiento más equitativo. Señalan que mientras la industria petrolera crece y hoy representa el 5% del PIB nacional y genera 400.000 empleos, directos e indirectos (el 8% de la población activa), caen la agricultura y la construcción. Y advierten de que actualmente el impulso de los hidrocarburos no contribuye al desarrollo en otros campos y no crea los empleos esperados.