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Cachivaches
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Cachivaches la franquicia criolla en la que Disney confía

31.10.2012

Por estos días de brujas, tiendas de la pequeña cadena Cachivaches aparecen y se esfuman como fantasmas en la ciudad, y se visten solo de disfraces y accesorios para Halloween. Es una estrategia que la reconocida empresa de almacenes de decoración pone en marcha, cada año, en octubre.

Para esto cuenta con locales temporales en los centros comerciales Santa Fe, tanto de Medellín como de Bogotá, y en Centro Mayor, Calima y Atlantis Plaza, de Bogotá.
Allí aparecen por unas semanas, como por encanto. Pero tienen presencia permanente en cinco locales. El quinto de ellos abrió recientemente en la calle 109 con carrera 17, en Bogotá.
Y, de la misma forma, es constante su presencia en los grandes almacenes de cadena, mientras exportan también sus productos a 11 países, como Perú, Chile o México.

Cuatro décadas

Se trata, quizás, del negocio de disfraces más conocido del país, que se originó hace más de 40 años. "Mi mamá, Cristina de la Espriella, quería unos ingresos adicionales y empezó una fábrica pequeña de confecciones para hacer delantales para empleadas domésticas, un producto que no existía", relata el gerente de Cachivaches, Juan de la Espriella.

La empresa se llamó Camila y Cristina, que producía y comercializaba los delantales. Con el paso de los años llegaron las ideas para ir ampliando el negocio. Primero, incluyeron la venta de lencería para el hogar y utensilios como vajillas y vasos. Luego, pensaron en productos para los niños, y vino la venta de telas para hacer títeres.
"No funcionó", recuerda De la Espriella, pero ese intento fue el punto de partida para la actividad reina. "Las telas dieron lugar a hacer disfraces, y así empezó el negocio, que fue exitoso casi desde el comienzo", dice el gerente.

Los disfraces, que por estos días tienen su temporada alta, llevaron a cambiar el nombre de la empresa por Cachivaches, desde 1988.
Hace 15 años la empresa consiguió las licencias de Disney, Mattel, Marvel y Warner, que hoy mantienen. "En Colombia, un disfraz de sus personajes es hecho por nosotros y comercializado por nosotros".
Aún girando alrededor de los disfraces, la empresa conserva las actividades originales. Es así como siguen con tiendas de grandes dimensiones de decoración y hogar, con artículos de diversas partes del mundo y todo tipo de clientes: "Hasta Bill Clinton las ha visitado", dice De la Espriella.

Aparte de su local temporal en Medellín, no tienen ningún local fuera de Bogotá. "Somos -dice su gerente- una empresa familiar pequeña y hemos salido paso a paso. Tenemos la ilusión, en un mediano futuro, de ir a Medellín y Barranquilla".

Un factor clave en la operación de la firma es la tecnología, pues, siendo pequeña, tiene necesidades de una compañía grande, al contar con diez sedes y producir tantas referencias.
"La solución fue subirnos a la nube. Después de investigar un poco, desde hace dos años Microsoft nos asesora. Pasamos de ser una empresa con frustraciones en información y en procedimientos tecnológicos a ser de vanguardia en el país. Las herramientas que utilizamos son SQL y Office 365".

Cuidado de la imagen

Cachivaches ganó el premio a licenciatario del año Disney, en el 2009, y el año pasado fue finalista otra vez.
El dueño de LazyTown dice que el mejor desarrollo de sus productos en el mundo es con Cachivaches.